Living in and through the Covid-19 present in Trinidad and Tobago / Sobreviviendo en este tiempo Covid-19 en Trinidad y Tobago
Here's a post that provides a glimpse of experiences in Trinidad and Tobago, recognising in particular some challenges of migrants and refugees/asylum seekers:
'The nonchalance of structural disadvantage: Trinidad and Tobago and Covid 19' https://cemiunicamp.com.br/observatorio-no-68/
Y en español:
Como en muchos lugares, los pueblos de Trinidad y Tobago se encuentran en una situación diferente durante la pandemia de Covid-19. Las disparidades de ingresos, geográficas, raciales, de movilidad y de discapacidad, entre otras, determinan en gran medida la forma en que las personas pueden hacer frente a la situación. Los pobres no pueden practicar el distanciamiento social y físico en la misma manera que los ricos o las personas que tienen mayor estabilidad económica. Dado que muchas personas tratan de mantenerse a flote financieramente y otras simplemente desestiman las directrices de salud pública, en este artículo destacamos un grupo específico: los refugiados y migrantes de Venezuela en Trinidad y Tobago, en particular en la isla de Trinidad. Esta comunidad venezolana se ha enfrentado a la exclusión y las dificultades más agudas durante el coronavirus presente. Desde 2018, decenas de miles de refugiados y emigrantes venezolanos han huido a Trinidad y Tobago en busca de una oportunidad de una vida mejor; trabajando para proporcionar alivio a los miembros de la familia en el hogar o simplemente tratando de sobrevivir.
La migración no es reciente a Trinidad y Tobago, donde estamos ubicados, ni dentro del Gran Caribe. Hay una historia colonial y precolonial mucho más larga de indígenas e inmigrantes en el Caribe en general. Mientras que la industria bien desarrollada del petróleo y el gas natural de Trinidad y Tobago lo ha convertido en uno de los países caribeños más ricos y en un país de destino de migrantes dentro del Caribe, sigue estando en la periferia de la economía mundial, sintiendo más los efectos de la economía política internacional en vez de poder cambiarlos. Pero estar en la periferia de la economía mundial tiene su ventaja en este momento de crisis.
A principios de junio, la situación general del país parecía estable. En una población de 1,3 millones de habitantes, en el momento de escribir este informe se han diagnosticado 130 casos, 113 pacientes dados de alta y 8 muertes. Apenas hay nuevos casos, pero la entrada internacional sigue limitada a los ciudadanos, y de forma selectiva. Se ha producido una reapertura gradual de los negocios después de una gran presión del sector privado del entretenimiento y los sectores de consumo, incluidos bares y balnearios. La universidad pública más grande está a punto de reabrir. Por supuesto, durante el período de cierre de un mes, los negocios "esenciales" como tiendas de comida, gasolineras y ferreterías permanecían abiertos.
Sin embargo, dentro de esta noticia ampliamente positiva, hay algunos elementos inquietantes. Por ejemplo, el tiempo de procesamiento de las pruebas de coronavirus es irrazonablemente largo, lo que indica que las capacidades del estado son desiguales, y no sólo las de la población. Hay informes de los medios de comunicación sobre los "partidos Covid-19", las personas que salen en grupos, que no llevan máscaras y, de esperar, un suministro deficiente de servicios públicos como el agua. Antes de la pandemia del Covid-19 y las medidas de restricción posteriores, los refugiados venezolanos han sido sometidos a realidades duras, como la explotación por parte de empleadores/explotadores locales, las barreras lingüísticas en la Trinidad anglófona, las amenazas a la salud y la seguridad personal como resultado de la exposición a abusos domésticos y financieros, así como las actitudes excluyentes de grandes segmentos de la población local. Aunque sus experiencias no son homogéneas, los efectos del Covid-19 en la economía local y la ausencia de un apoyo fiscal y social sostenido por parte del gobierno han obligado a miles de refugiados y migrantes a depender de los frutos de los árboles de los vecinos para su sustento y a luchar contra el desalojo. La falta de vivienda es una perspectiva muy real para esta comunidad. Si bien las subvenciones gubernamentales de asistencia social temporal ayudan a los hogares y a los propietarios de pequeñas empresas, hay informes preocupantes de que no se puede acceder a esos fondos. Además, los migrantes suelen quedar excluidos de estos programas de socorro.
Sin embargo, hay señales optimistas. Muchos trinitenses con problemas de dinero pero preocupados han proporcionado, colectivamente e individualmente, diversos tipos de apoyo, junto con organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales locales. Los grupos comunitarios se han reunido y han organizado la recogida y entrega de alimentos a las familias venezolanas en toda Trinidad, en la que uno de nosotros participó entre marzo y junio. Dentro de esta situación, ha habido una interesante reacción de muchas comunidades de emigrantes venezolanos al Covid-19: la despreocupación. Para varios refugiados, la mayor amenaza del virus es la disminución de los medios financieros para mantenerse a sí mismos y a sus familias. Al prestar ayuda, algunos proveedores de socorro interpretaron los comportamientos de los migrantes como un desprecio; como una ruptura del distanciamiento social y de las prácticas sanitarias que se introdujeron en interés de la salud pública para prevenir la contracción de la enfermedad. A diferencia del rechazo absoluto de las medidas preventivas manifestado en las fiestas de Covid-19, la salida a la playa y la negativa de usar máscaras, los miembros de las comunidades de refugiados y migrantes mostraron una familiaridad física inalterada, comunicándose e interactuando en espacios pequeños e íntimos por necesidad.
Algunos de nosotros hemos sido más afortunados que otros durante esta pandemia. Sin embargo, somos muy conscientes de que la "suerte" depende de nuestras posiciones estructurales. Los emigrantes ricos, como los locales acomodados, no son tan vulnerables como los pobres dentro del coronavirus presente. Estos factores de ingresos, geografía, ciudadanía y movilidad determinan nuestra capacidad para hacer frente a la situación. Si, como escribe Achille Mbembe, "lo peor está por venir" con Covid-19 debemos tener en cuenta estas disparidades estructurales. Proporcionar ayuda temporal es necesario pero no es suficiente a largo plazo.
--- Translated by Elron Elahie and Leanna Doodnath
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